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domingo, 30 de noviembre de 2008

Actuación Musac. Sabado 29 noviembre 2008.

MUSAC

Continúa el ciclo Cuentacuentos en la Biblio, hoy con Manuel Ferrero


El leonés Manuel Ferrero es el artista que participa hoy en el ciclo de cuentacuentos que el Musac de León está llevando a cabo en su Biblioteca-Centro de Documentación las mañanas de los sábados (de 13:00 a 14:00 horas y con entrada libre y gratuita). Dirigida principalmente al público infantil, esta actividad, ideada expresamente para el Museo, destaca por su carácter participativo, así como por los estrechos lazos de complicidad y comunicación que se establecen entre artista y espectador.
Manuel Ferrero, autor de libros como ‘Kikiño’ o ‘El cordero conquistador’, abandonó el oficio de abogado para dedicarse de lleno al de narrador. Recopilador de los cuentos de nuestros mayores, Ferrero ha ido acumulando relatos de toda clase y condición que ahora mismo está poniendo al servicio de todo el mundo para desatar un caudal de emociones y propiciar un viaje por la memoria. A través de los cuentos, afrontados a la manera tradicional, el artista leonés pretende hacer recuperar a la sociedad la pasión por vivir, la sinceridad y la libertad frente al consumismo. “Aunque no represento a ningún pueblo, (el mundo es mi morada), orgulloso de ser leonés, proclamo la dignidad del humilde, la libertad del esclavo y la sabiduría de los que no tienen voz en los medios de comunicación”, asegura Ferrero, quien añande que “la felicidad nace de dentro. No está fuera”. Por eso, sus “contadas” hablan de los que no tienen voz, de aquellos a los que sólo les queda la dignidad y la cabezonada de estampar el ejemplo de su vida.

GARBANCITO

Hoy me ha hecho mucha ilusión encontrar en internet este cuento, que casi, casi, es la misma versión que me contaba mi abuela en León. Para que todos lo disfrutéis lo dejo en el blog.

Garbancito
INFORMANTE: Encarnación Palomares Peña (Algeciras, Cádiz)
RECOGIDO POR: Juan Ignacio Pérez.
Había una vez un matrimonio de viejecitos muy pobres que no tenían hijos. Un día, mientras la mujer preparaba un puchero, sintió que la llamaban desde el montón de garbanzos. Era un niño muy chico, tan chico como un garbancito. La mujer le puso de nombre eso, Garbancito, y se quedó con él como si fuera su hijo.
Garbancito era un niño muy valiente y muy generoso. Siempre estaba dispuesto a ayudar a sus padres. Un día, a la madre le hizo falta un poquito de azafrán para la comida y él se ofreció para ir a la tienda. Cogió un centimito y por el camino, para que nadie lo pisara (porque casi no se veía en el suelo), iba cantando: Pachín, pachín, pachín, a Garbancito no piséis. Pachín, pachín, pachín, mucho cuidado con lo que hacéis. El tendero le dio la bolsita de azafrán y Garbancito se volvió a su casa muy contento con la bolsa a cuestas y cantando la misma canción: Pachín, pachín, pachín, a Garbancito no piséis.Pachín, pachín, pachín, mucho cuidado con lo que hacéis.
Al llegar a su casa, su madre le dijo:
-Mira, Garbancito, ya que veo que te estás haciendo tan mayor, hoy vas a llevarle el almuerzo a tu padre, que está trabajando en el huerto. Garbancito, tan dispuesto como siempre, cogió la cesta y se fue para el huerto.
Por el camino iba cantando: Pachín, pachín, pachín, a Garbancito no piséis.Pachín, pachín, pachín, mucho cuidado con lo que hacéis. Pero al llegar al huerto empezó a llover y Garbancito tuvo que meterse debajo de una lechuga para no mojarse. Allí se quedó un buen rato esperando a que escampara. Pero en esto llegó el buey con el que trabajaba su padre y se zampó la lechuga y a Garbancito que iba dentro. Su padre empezó a preocuparse porque no le llegaba el almuerzo y fue a avisar a su mujer. Cuando se dieron cuenta de que Garbancito había desaparecido, empezaron a buscarlo por todas partes gritando:
-¡Garbancito! ¿Dónde estás?
Y Garbancito, desde la barriga del buey, contestaba:
-¡En la barriga del buey, donde no llueve ni me veis!
La voz se escuchaba como muy lejana.
-¡Garbancito! ¿Dónde estás?
-¡En la barriga del buey, donde no llueve ni me veis!
Los padres se fueron acercando cada vez más adonde estaba su hijo hasta que al final lo encontraron.
-¿Qué hacemos, marido?
-Pues nada, habrá que darle algo al animal para que salga Garbancito lo más antes posible.Cogieron unas hierbas del campo y se la dieron al buey. Al rato, Garbancito salió por su culo lleno de paja, de lechuga y de caca. Los padres lo lavaron, los peinaron y lo achucharon (no mucho, claro, porque era muy chiquitillo) y desde entonces vivieron felices y comieron perdices.

sábado, 29 de noviembre de 2008

Tranvias de Poznan


Este video tan bonito es de Alberto Fecha. Disfrutadlo.

lunes, 17 de noviembre de 2008

Tarna y Manu. Filandón Leonés en Peñafiel.

Gracias Ivan por regalarnos este video tan bonito. Llevamos el filandón a todos los rincones de España. Desde León con cariño para Castilla.